Los criterios ESG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) se han consolidado a nivel global como la guía esencial para implementar y evaluar el impacto integral de las empresas en la sociedad y el medio ambiente, apostando por ser entidades comprometidas con la sostenibilidad en todas sus dimensiones.
En consonancia con este compromiso, ATREVIA, PLANAMB y Sistema B Ecuador unieron esfuerzos para organizar el encuentro "ESG y su Impacto Reputacional: Claves para el Futuro Empresarial", con el fin de explorar cómo la integración efectiva de los criterios ESG no solo potencia la responsabilidad social corporativa, sino que también consolida la posición de las empresas en el mercado y la percepción en la comunidad.
Apostar por el camino ESG implica convicción, querer generar un impacto positivo que va más allá de lo meramente empresarial, actuar con conciencia social. La "ola" de la sostenibilidad afecta de forma transversal a las organizaciones, desde el marco normativo, pasando por la financiación, la gobernanza corporativa y, con todo ello, los modelos de negocio. Se trata de pensar en el "ahora", pero también en el medio y largo plazo. El gobernador del Banco de Inglaterra, alertaba ya hace 3 años de que las empresas que ignorasen el cambio climático acabarían en bancarrota. No ha sido la única autoridad en sumarse a este llamado.
Estas empresas analizan como, desde su actividad, pueden mejorar lo que hacen, su entorno y el impacto que generan, utilizando la fuerza del mercado para abordar problemas que afectan a la comunidad en general. Su visión se centra en lograr una economía inclusiva que beneficie al planeta, mientras fomentan la transparencia empresarial y modelos de responsabilidad corporativa, priorizando tanto el interés social como el de cada uno de los actores involucrados en su ecosistema.
En este sentido, Carolina Orozco, directora de PLANAMB, expresó que, "en la actualidad, adoptar prácticas ESG ya no es simplemente una tendencia, sino una responsabilidad positiva y, sobre todo, una necesidad para construir y mantener una reputación sólida en el mercado. No se trata de premios y reconocimientos, sino de saber que pasamos por el mundo dejando una huella positiva".
Carmen Sánchez-Laulhé, vicepresidenta de Atrevia para la Región Andina y Brasil, destacó el impacto positivo que la adopción de este enfoque puede tener en la reputación corporativa y en la percepción de la comunidad. "En momentos de incertidumbre, necesitamos generar confianza en nuestras audiencias. Eso no se logra con un bonito discurso, sino con acciones, siendo coherentes y consistentes con lo que decimos y hacemos. La sociedad demanda que las empresas se impliquen en los problemas y necesidades que nos rodean. Hacerlo otorga a las empresas credibilidad" subrayó.
José Ignacio Morejón, Director Ejecutivo de Sistema B Ecuador, proporcionó datos impactantes sobre el aporte de las Empresas B a la economía ecuatoriana (actualmente Ecuador tiene 26 empresas certificadas), traducidos en cifras: 4.862 colaboradores, alrededor de USD 7 millones en ingresos anuales y participación en 12 industrias. "Medir, gestionar y verificar nuestros impactos sociales y ambientales como empresas se convierte en una licencia para operar a largo plazo dentro de un entorno extremadamente volátil".
Según las cifras de B Lab Global, 7.759 compañías B certificadas en 92 países y 161 industrias están llevando a cabo estas prácticas, con un impacto directo en 704.050 trabajadores registrados en sus dependencias, subrayando así la amplitud y la significativa contribución de estas empresas hacia una economía más sostenible a nivel mundial.
Este encuentro no solo evidenció la relevancia de los criterios ESG en el panorama empresarial ecuatoriano, sino que también proporcionó puntos clave sobre cómo las empresas pueden optimizar su enfoque hacia la sostenibilidad, independientemente de su tamaño, enfrentando con determinación los retos y capitalizando las oportunidades que este marco brinda para el progreso y la transformación positiva.